martes, 19 de julio de 2011

Te equivocas mucho

¿Crees que estoy hecha de cristal?
¿que por mucho que me tires al suelo voy a romperme?
pues te equivocas, voy a levantarme, a pegarte una patada
como la piedra molestas que eres y seguiré mi camino.

Porque ni tú ni nadie va a hacerme caer en ningún momento,
sonreiré cada minuto de mi vida aunque no tenga una sonrisa perfecta,
no te odiaré ni te amaré, sólo te olvidaré.

Y estaré creciendo desde el suelo hasta alcanzar el cielo.

:)

lunes, 20 de junio de 2011

Te recuerdo, por desgracia, recuerdo que a ti te embelesaron las faldas cortas y las piernas kilométricas, mientras que a mí, me atrayeron los ojos azules y las sonrisas blancas y encantadoras.
Supongamos que se gastó el amor de tanto usarlo, pisotearlo, trocearlo...etc. Al final sólo quedó un corazón roto y un millón de lágrimas encerradas en una cajita de cristal. Recuerdo verte en aquella plaza besando a aquella chica que no era yo, y tú me recordarás encima de ese hombre en nuestro sofá mientras entrabas por la puerta. "Vendetta"- susurré, "zorra"- me dijiste, y esa fue la última vez que te volví a ver.

viernes, 17 de junio de 2011

Mario

Mario tiene ocho años de vida, mira por la ventana porque es lo que más se le parece al mundo real, vive en una pequeña habitación de hospital, con las paredes blancas y las sábanas a juego. Mario quiere tener amigos, quiere salir de la habitación y correr, y correr… correr hasta que le sangre los pies y le duelan las piernas, quiere sentir el viento en su cara y que le  despeine el cabello, como antes. Mario quiere volar cometas en la orilla de la playa con sus amigos, quiere aprender a bailar y conocer a chicas tan guapas como las de las películas, quiere cogerlas de la mano, susurrarle cosas bonitas al oído y besarlas. También quiere viajar y ver mundo, quiere ir a Londres, París, Roma… pero sabe que nunca podrá hacerlo, lo tiene asumido y por eso no se pone triste. Es muy fuerte y valiente para su edad, él no llora, al contrario que su padre y su madre, aunque lo hagan bajito y escondidos, él puede escucharlos. ¿Sabéis que quiere también? Quiere aprender a andar en bicicleta y cazar mariposas, quiere abrir la ventana y echar a volar, como los pájaros que se apoyan en el alféizar y picotean en el cristal, quiere volar tan alto y tan lejos que nadie pueda encontrarlo. Mario quiere sonreír, hace mucho que dejó de hacerlo y lo echa de menos. Siempre lleva una pañoleta roja en la cabeza para ocultar que no tiene pelo, aunque a él no le importa, dice que la lleva roja porque es la que llevan los piratas de sus libros, esos que viajan por todo el mundo, que luchan con espadas, que llevan tesoros enormes y se quedan con las chicas más guapas, Mario a veces quiere ser uno de ellos. Puede que Mario no llegue al año que viene, puede que nunca vaya a un baile y que nunca bese a una chica. Mario quiere vivir hasta los cien años, aunque sabe que no pasará de los once. Seguramente vosotros, que leéis esto, ya sepáis lo que le pasa a Mario, tiene cáncer, por eso quiere pediros que hagáis una cosa por él, me lo ha dicho al oído: quiere que sonriáis cada minuto de vuestra vida y que la aprovechéis por él, que no puede hacerlo, quiere que seáis valientes aunque las cosas se pongan muy muy muy muuuuy feas, aunque no lo sepáis Mario os ha hecho un regalo, es un regalo pequeño, pero un regalo al fin y al cabo: os ha regalado una sonrisa, aprovechadla porque puede sea la última.                                        




domingo, 24 de abril de 2011

¿Sabes que…?

¿Sabes que tengo un secreto?
Uno muy pequeño que guardo debajo de la almohada.
Está encerrado en un saquito de terciopelo rojo y atado con un lazo dorado.
Allí dentro guardo todas las promesas que no cumpliste, todos los “te quiero” que me dijiste, todas las sonrisas que me dedicaste.
Me gusta tenerlo ahí, me ayuda a conciliar el sueño por las noches porque huele a ti, con el estoy segura de que soñaré contigo. Por las noches lo abro y el aire se llena de vainilla con chocolate, es entonces cuando suenan en el reloj las doce y… no pasa nada, 1,2,3 segundos, y sigo en mi cuarto con mi secreto entre las manos y tu presencia en el aire, 10,11, 12 segundos y recuerdo cada momento, cada canción, cada sonrisa, cada mirada,  19, 20, 21 segundos, sonrío y me digo a mí misma que la princesa que hay dentro de mí no va a salir, porque no tiene una carroza que la lleve a un baile y no tiene a un príncipe con el que bailar, 30,31, 32 segundos y empiezo a guardar las promesas y los recuerdos dentro de mi secreto, los ato fuertemente para que no salgan corriendo a buscarte, 43,44,45 segundos, los guardo debajo de la almohada para que estén ahí, cuando mañana a las doce menos 1 minuto los vuelva a sacar para volver a amarte  57, 58, 59 segundos y estoy lista para volver a verte.

domingo, 23 de enero de 2011

Pasado.

Me levanto y no estás, te busco y no te encuentro, te encuentro y te esfumas.

Y en el pasillo oigo tus pasos, en la cama oigo tu risa, en la cocina huelo a café,
tus besos se desvanecen en la niebla matutina.
Que nos tachen de locos por querernos, de paranoicos por amarnos ¿qué nos importa?
Nos esconderemos bajo las sábanas, donde crearemos un mundo, nuestro mundo,
estaremos a salvo de la oscuridad, de sombras, y de monstruos.
Prefiero ser una loco junto a ti, que una persona cuerda sola. Bailamos hasta el amanecer
y nos besamos hasta la puesta de sol, y en la noche, cuando todos duermen, bajamos a la
calle, y gritamos al mundo entero nuestro amor.

Pero ahora me levanto y en el pasillo no oigo tus pasos, la cama está vacía de risas, en la
cocina no huelo a café, y tus besos no se desvanecen en la niebla porque nunca han estado ahi.
No tengo a nadie con quien compartir mi locura, el mundo que habíamos creado se está derrumbando,
las sábanas en donde solíamos refugiarnos ya no me parecen tan seguras.

Compro flores, tus favoritas, y las dejo delicadamente sobre la fría lápida, que, en letras de plata, lleva
escrito tu nombre, llueve, y la lluvia se lleva mis lágrimas, igual que tú te llevaste mi felicidad.


Atte. White Crow