miércoles, 2 de enero de 2013

Ya no hay más sonrisas para ella


Tres meses, tres meses han pasado y aún te recuerdo como si fuera ayer, paseando por la gran plaza de María Pita, con tus gastadas Ray-Ban y tu pelo ondeando al sol. Echaré de menos todo de ti, tus dietas locas que al final te acababas saltando, tu cara al saborear una de nuestras pizzas, esas en las que cogíamos todo de la despensa y lo echábamos a la masa, y al final eran las mejores del planeta. Echo de menos tu figura sentada en la cocina con una taza de café humeante y tu cara de sueño, echo de menos tu colonia, al principio la odiaba porque me daba dolor de cabeza pero nunca imaginé que la echaría de menos, echo de menos todo de ti. Y cuando pienso que ya no acabarás nunca más tus cuadros, que nunca abrirás ese pequeño local en el cual vendías las cosas más disparatadas, que nunca más saborearemos  cafés por la ciudad de Santiago y nuestros fines de semana de cine, cuando pienso en todo eso, una parte de mi se desvanece, se va, me abandona. Ya no habrás más Navidades para ti, ni más sonrisas a contraluz, ni más fotografías, ya no queda nada salvo el eco de tu risa en una casa vacía. Sólo espero que algún día pueda recordarte sin derramar ninguna lágrima.

PD: Cuida de mi allá donde estés, por favor.